domingo, 24 de enero de 2016

Psicópatas

Foto: encontrada en internet

No es muy de mi gusto etiquetar a las personas. Ni mucho menos diagnosticarlas de algún tipo de trastorno mental o algo así. Más bien al contrario, siempre me muestro contrario (sic) a esas prácticas bastante usadas en el territorio de la Psicología.

Sin embargo las características más o menos comunes de esa etiqueta y/o diagnóstico me vienen bien para reflexionar sobre algunas cosas que estoy reflexionando últimamente.

En líneas generales y sin ánimo de sentar una definición verdadera, parece que una persona psicopática es esa que goza haciendo daño a los demás. Me permito añadir que también serían esos o esas a las que no importa hacer daño a los otros para obtener sus propios beneficios o conseguir sus objetivos individuales (normalmente económicos).

Conozco a un par de la vida cotidiana. Y muy facilitas de seguir. Quizás algún día de sus nombres; hoy no. 

Hoy quiero referirme a un tipo de psicópatas que nos están jodiendo la vida, al menos en este estado (el español). Tampoco daré sus nombre, por si acaso. Pero quien lea esto sabrá enseguida quienes son.

A ver. Ahora mismo estamos en medio de un tremendo embrollo político. Que si no hay mayorías para formar gobierno. Que si el paripé con el borbón. Que si pactos por aquí y por allá. Y que si otras elecciones dentro de dos meses o así. Bueno, pues esos pactos dan bastante que pensar. Un partido determinado -bastante nuevo, Podemos- propone crear gobierno a otro bastante viejo -PSOE-. Y todo el mundo -no sólo PSOE; también PP y Ciudadanos (no Izquierda Unida, menos mal)- ponen la línea roja en que Podemos defiende que haya un referéndum para la independencia de Catalunya.

¿Qué tiene de malo que haya un referéndum en Catalunya? No entiendo que alguien se pueda negar a eso. No lo entiendo, de verdad. Además, a tenor de las últimas elecciones en ese país, la mayoría parece ser que estarían en contra de la independencia. Por poco y en número de votos; no del reparto institucional de los mismos. Y seguramente desde esas elecciones ha habido un deterioro importante de la postura pro independencia. Con lo cual, si se convocara un referéndum, lo más probable es que el resultado fuera contrario y asunto postdatado. No solucionado porque creo que se deberían de continuar las gestiones políticas y del tipo que sea para alcanzar la ansiada independencia. Pero con más calma, en un momento más propicio que este...

Nadie discute sobre las medidas sociales propuestas por Podemos; sólo sobre el asunto del referéndum. ¿A quién beneficia que ese sea el escollo fundamental en todas las agendas políticas, económicas, televisivas,...? A las oligarquías. A las españolas (PP, Ciudadanos, una parte del PSOE) y a las catalanas (el partido del ex-president y del actual, a Esquerra Republicana, a la en vías de extinción CUP, de nuevo al PP y Ciudadanos,...). Mientras estamos tan ocupadas y ocupados con si independencia sí o no, ellos -los oligarcas psicopáticos- siguen haciendo de las suyas. Siguen robándonos, aprovechándose de nuestras pobres vidas pobres, de nuestras ilusiones, de nuestros esfuerzos privados y colectivos. Ellos -los representantes de las oligarquías transnacionales (voy a dar algún nombre, va. Tampoco pasa nada. Y si tiene que pasar, que pase: Rajoy, Mas, Aznar, Gonzalez, Pujol, Ribera,...) siguen defendiendo sus suntuosas comisiones legales (sueldos, planes de pensiones, dietas,...) e ilegales (cuentas en B, en Andorra, en Suiza,...) por defender a los de siempre. Y digo los de siempre. Borbones (en nuestro caso, aunque todos están emparentados) y compañía, linajes militares, religiosos; terratenientes, banqueros. Y algunos más. 

Los de siempre. Los que devastaron Europa durante la Edad Media y las guerras del siglo XX (y antes, claro). Los que invadieron a saco Latinoamérica y otras partes del mundo cuando Europa se les quedó pequeña. Los que -ahora ya con la complacencia hace un poco de los USA y en estos momentos también de China, Rusia y algunos países árabes- se cagan cada día en nuestras caras, se ríen en nuestras narices, nos roban lo que ya no tenemos. 

Esos psicópatas, en este país, son los comisionados económicos y representantes legales de las oligarquías que inventaron y pusieron en marcha la psicopatía hace muchos siglos: PP, Ciudadanos, el partido del expresidente de Catalunya, una parte del PSOE,...

Las revoluciones nunca han sido incruentas...

¡Buenas noches!!!


domingo, 10 de enero de 2016

Todo NO es una construcción social


Imagen encontrada en Internet
Hace ya tiempo que me muevo en las aguas del Construccionismo social (CS) como metateoría. De hecho, este pasado año hizo ya veinte que leí algo sobre Kenneth J. Gergen; como es sabido, uno de los pensadores más significados de esta orientación (digo orientación por decir algo, que conste). Reconozco que me sentí tremendamente enganchado y que mi enganche sigue. Pero hay algo que me inquieta: ¿y si los supuestos fundamentales del CS no son verdaderos? Esto no soy el primero que lo plantea; el propio Gergen lo reflexiona en más de una ocasión...

A ver. Decir que todo ES una construcción social nos lleva, en mi opinión, al relativismo. No hay ninguna verdad absoluta, ninguna realidad objetiva ahí afuera (o subjetiva aquí adentro) esperando a que la descubramos, todo se construye en base a acuerdos relacionales y discursivos, etc. Lo que me inquieta es que todo esto -y más- se convierta en mantras y, como tales, en dogmas de fe. El criticismo propio del CS y del relativismo nos conducen irremediablemente a ser críticos con nuestras propias afirmaciones. Y esto que acabo de decir está obviamente también sujeto a crítica.

Pero claro, ser crítico con uno mismo, con mis propias ideas y enganches, con mis maneras de ver y hacer la realidad,... es muy complicado. Exige un esfuerzo tremendo; una atención constante; un estrés que puede llegar a desgastarme...

Sin ánimo de dar ningún tipo de lección hay una forma que a mí me funciona bastante bien. Aunque seguramente no es él el inventor de la misma, he visto más o menos esta forma de hacer/pensar/decir en el filósofo esloveno Slavoj Zizek. Consiste en tomar una idea y confrontarla con la opuesta. Sí, ya sé que esta es una manera dualista de hacer. Y el dualismo no nos suele gustar mucho a quienes nos adscribimos a las ideas construccionistas (¿nuevo mantra? ¿qué tiene de malo el dualismo?). Pero pensar así, a pesar de -efectivamente- las complicaciones, los esfuerzos, el estrés,... nos puede ir llevando poco a poco a generar alternativas al tradicional modo de pensar dualista. Creo. Y si eso es lo que tenemos intención de hacer.

Por otro lado no todo vale en el CS. No todo es asumible por esta forma de ver/crear el mundo. Y este "no todo vale" no nos lleva a una generalización; sino a cuestionar constantemente cualquier idea o aportación en concreto. Cualquier práctica cotidiana.

Siguiendo, entonces, con esa forma de hacer que propongo, me pregunto, por ejemplo, 

  • ¿Qué es lo contrario del relativismo? ¿El absolutismo?
  • ¿Cuál es la afirmación contraria a "todo ES una construcción social"?
  • ¿Qué pasaría si SI que hubiera una esencia fija e inmutable en las cosas, en los seres humanos, en nuestras identidades personales, de género, culturales, sociales, colectivas,...?
  • ¿Cómo sería el mundo si esas verdades absolutas que algunos llevamos años poniendo en duda sí que lo fueran (verdades absolutas)?

Y así sucesivamente...

Sé que he sido muy generalista al plantear esas cuestiones de esa manera. Pero prefiero serlo, dejando la concreción al gusto y/o capricho de cada cual...

¿Qué posibilidades genera confrontar las ideas con sus contrarias?

Un poco más allá -y sigo inspirándome en Zizek-, ¿cómo es que nos hacemos estas preguntas? ¿Qué nos lleva a, qué proceso hemos seguido para hacérnoslas? ¿Desde dónde nos las hacemos? ¿Cuál es nuestra teoría sobre la realidad, la verdad, lo bueno, lo deseable, lo justo, lo bello, lo social y políticamente aceptable; y más?

Hace unos meses publiqué en el blog sobre Construccionismo social esta entrada, que quizá pueda abundar sobre estos temas: "¡Peligro de banalización!!!".

¿De qué sirve esto?

Para profesionales y estudiantes de Psicología. Podemos seguir debatiendo y reflexionando sobre estos asuntos...

Para las personas en general. ¿Es posible cuestionarnos nuestras convicciones más sólidas (no las más íntimas; de eso hablaremos con calma más adelante), nuestras ideas más duras sobre los demás; sobre nosotros mismos? 

¡Saludos!!!

Citación:

Seguí Dolz, Josep (2016). Todo NO es una construcción social. Blog Josep Seguí Psicología, 10/01/2016. http://josepsegui.blogspot.com.es/2016/01/todo-no-es-una-construccion-social.html.  Recuperado el dd/mm/aaaa.


sábado, 9 de enero de 2016

martes, 5 de enero de 2016

Ciencia y Psicología I. El experimento de la caja y los dos palos.


Imagen encontrada en Internet

La Psicología contemporánea se encuentra en una tremenda lucha reivindicativa de su carácter científico. Desde las opciones más dominantes parece pretender adentrarse en los vericuetos de las ciencias de la salud asimilándose a la ciencia médica/biológica, si no claramente a la neurología.

Su validación como ciencia basada en la evidencia empírica debe de estar orientada por el método científico positivista de investigación; el hipotético-deductivo. Ante un fenómeno determinado se elaboran una o varias hipótesis que lo expliquen. El fenómeno mismo se estudia aplicando dicho método, que debe de cumplir, entre otras, tres características:


  •       Replicabilidad
  •      Generalización
  •        Predictibilidad


La primera tiene que ver con la posibilidad de experimentar sobre el fenómeno. Es decir, las hipótesis propuestas han de ser replicadas experimentalmente de manera que todas las variables contempladas en el experimento estén bajo control del experimentador/investigador. Si se cumplen las condiciones oportunas, la hipótesis pasará a convertirse en teoría; o sea, algo mucho más canónico que la hipótesis porque ha alcanzado un grado de credibilidad empírica suficiente para serlo.

Como consecuencia de la replicabilidad las observaciones sobre el fenómeno convertidas ya en teoría canónica serán generalizables, o sea, podremos afirmar que el fenómeno se dará siempre en las mismas circunstancias en que se replicó en su origen.

Y siguiendo con la lógica del método científico positivista, esta generalización dará lugar a la posibilidad real y empírica de, a través de la teoría emanante de la hipótesis de origen, predecir qué pasará en el futuro ante fenómenos de idénticas características.

Empecemos con una hipótesis sencilla. Creo que si meto en una caja dos palos, cuando la abra encontraré dos palos. Aunque parezca una frase de Paulo Coelho, no lo es. 

Mi hipótesis de partida es que creo que eso es algo que puede pasar, aunque todavía estoy en un momento muy básico de la investigación y los resultados de mis experimentos todavía no darán una explicación del fenómeno.

Como digo, por observaciones previas todavía no estructuradas creo que si meto dos palos en una caja, cuando la abra volverán a salir los dos palos. O no. Para comprobarlo, lo hago una vez. Meto los palos, abro la caja y hay dos palos. Parece que voy por buen camino. Pero esto no es suficiente para defender que mi hipótesis sea una teoría científica; no cumple con criterios de generalización y predictibilidad. Entonces me aíslo en una habitación hermética con el objeto de que no haya ningún palo extraño por ahí y me reviente el experimento. Meto los dos palos otra vez en la caja. La abro, ¿qué pasa? Encuentro dos palos. Empiezo un proceso de meter y sacar para comprobar si siempre aparecen dos palos. Cuento los síes y los noes y los apunto. Esto se llama estadística; imprescindible para dar valor de teoría a mi hipótesis. He de determinar de forma más que artificial a partir de cuántos síes en comparación a los noes puedo afirmar que la mía es una teoría canónica y, por tanto, científica. Basándome en principios matemáticos lo determino.

En este caso, y tras trescientas mil pruebas, el resultado es de 300.000 síes. O sea, el resultado estadístico de mi experimento es que su replicación hasta ahora ha resultado exitosa al 100%. Entonces puedo predecir que siempre que meta dos palos en una caja sacaré dos palos. Sin embargo, lo que mandan los cánones y así los acepto humildemente, es decir que eso es lo más probable, ya que no sé a ciencia cierta qué puede pasar con el experimento 300.001. Entonces, y también muy humildemente, invito a otros colegas que puedan estar investigando fenómenos similares a que repliquen ellos mismos el experimento y a que confrontemos los resultados en revistas y encuentros científicos, congresos, etc… Es posible que en algún caso salgan tres palos en lugar de dos. Con eso, mi teoría quedaría invalidada y debería de elaborar nuevas hipótesis sobre el fenómeno con las que reiniciar el proceso. 

Fruto del interesante planteamiento de mi teoría, la comunidad científica ha replicado mi experimento hasta 300.000.000 de veces. Los resultados son que en el 100% de las ocasiones salen dos palos de la caja. Honestamente, sigo sin saber a ciencia cierta qué es lo que pasaría en el experimento número 300.000.001. Pero tanto mis colegas como yo mismo nos hemos cansado de meter y sacar palos en cajas y decidimos que hemos cumplido sobradamente con los criterios antes reseñados. Y otros. Mi teoría, además de evidente, es válida.

Si bien todavía no estoy en la fase explicativa, sino en la experimental y observacional, todo este proceso, cargado de una racionalidad, empiricidad y lógica tremendas, aporta un gran avance para el conocimiento humano. Es un triunfo de nuestra evolución sociogenética y tecnológica y para el saber acerca de la naturaleza. Acerca de una parte pequeña de ella, sí; pero es un triunfo.

Pues así, más o menos, a grandes líneas y con todos los matices que queramos, funciona el método científico hipotético-deductivo, positivista y -ahora está de moda decirlo- basado en la evidencia.

¿Es aplicable a la Psicología, a la supuesta ciencia de la mente, de la conducta, del lenguaje humanos…? ¿A la ciencia de las pasiones, los deseos, los miedos, los amores, los odios, los caprichos, las ilusiones y desilusiones, las tristezas intensas, el oír voces, el hacer cosas que no nos conviene aún sabiéndolo, los caprichos, las ilusiones, los apegos, las expectativas,…?

Supongamos que tomamos a dos personas aparentemente iguales. Tenemos la hipótesis, que queremos demostrar, por ejemplo, de que las pasiones no afectan a sus rasgos psicológicos y las metemos en una caja que llamamos “pasión”… ¿saldrán dos personas exactamente iguales a cuando entraron? ¿Saldrán las mismas personas? Sí, ya sé que hay una variable nueva que no existía en la hipótesis de los palos, la pasión. Sé que deberíamos controlar esa variable externa. Mmmmmmmm… ¿cómo lo hacemos?

¿Puede la Psicología ser una ciencia replicable, generalizable y predictiva?

Lo dejo aquí por ahora. 

¿De qué sirve esto?

- Para profesionales y estudiantes de Psicología. Inicio de reflexiones y posibles debates sobre la cientificidad de la misma.

- Para las personas en general. Desde mi opción y la de Umansenred (organización en la que desarrollo la mayor parte de mi actividad profesional) me oriento por las Prácticas Colaborativas y Dialógicas, en las que no aplicamos unos métodos ni técnicas duros en cuanto a su cientificidad. Pero tampoco somos a-científicos. En próximas entradas iré clarificando esta aparente contradicción...

¡Saludos!!!

Citación:

Seguí Dolz, Josep (2016). Ciencia y Psicología I. El experimento de la caja y los dos palos. Blog Josep Seguí Psicología, 05/01/2016. http://josepsegui.blogspot.com.es/2016/01/ciencia-y-psicologia-i-el-experimento.html.  Recuperado el dd/mm/aaaa.